Una de las funciones en verdad más importantes de la cultura radica en la posibilidad de aprender unos de otros.

Culture and Public Action / The International Bank for Reconstruction and Development, Stanford University Press, 2004

¿Tenemos expresiones culturales en Masagua? En la música por ejemplo. ¿Hay músicos entre nuestros jóvenes? ¿Tenemos un ballet folklórico, un taller de pintura, un grupo de danza contemporánea? Salvo algunos casos potenciales, no. Nuestra niñez, adolescencia y juventud, necesitan un programa que promueva su participación como pieza clave en la construcción del patrimonio cultural de Masagua. La cultura importa en el desarrollo de los pueblos. Afecta positivamente el carácter, la economía y la calidad de vida. Los jóvenes, entregados hoy día al ocio, pueden ser desafiados por un programa de formación y promoción cultural, liderado por mentores especialistas, que les permitan explorar, desarrollar y potenciar sus habilidades artísticas, con una agenda de intercambio con artistas y organizaciones culturales de todo el país.

    (0) ¿Influye la cultura en el desarrollo? Sí.

¿Cuáles son las diferentes formas en que la cultura puede influir sobre el desarrollo? ¿Cómo pueden comprenderse mejor sus influencias, y cómo podrían éstas modificar o alterar las políticas de desarrollo que parecen adecuadas?

    (1) La cultura como una parte constitutiva del desarrollo.

Podemos comenzar por la pregunta elemental: ¿para qué sirve el desarrollo? Tener un alto PNB per capita pero poca música, pocas artes, poca literatura, etcétera, no equivale a un mayor éxito en el desarrollo. De una u otra forma, la cultura envuelve nuestras vidas, nuestros deseos, nuestras frustraciones, nuestras ambiciones, y las libertades que buscamos. La posibilidad y las condiciones para las actividades culturales están entre las libertades fundamentales, cuyo crecimiento se puede ver como parte constitutiva del desarrollo.

    (2) Objetos y actividades culturales económicamente remunerativos.

Diversas actividades económicamente remunerativas pueden depender directa o indirectamente de la infraestructura cultural y, en términos más generales, del ambiente cultural. La vinculación del turismo con los parajes culturales (incluidos los históricos) es suficientemente obvia.

    (3) Los factores culturales influyen sobre el comportamiento económico.

Aun cuando algunos economistas se han visto tentados por la idea de que todos los seres humanos se comportan casi de la misma manera hay muchos indicios de que esto, por lo general, no sucede así. Además, el funcionamiento exitoso de una economía de intercambio depende de la confianza mutua y de normas implícitas. Cuando estas modalidades del comportamiento están presentes en grado sumo, es fácil pasar por alto el papel que desempeñan. Pero cuando se han de cultivar, esa laguna puede constituir un impedimento de consideración para el éxito económico.
La cultura del comportamiento está relacionada con otros tantos aspectos del éxito económico. Se relaciona, por ejemplo, con el hecho de que perduren o dejen de ocurrir la corrupción económica y sus vínculos con el crimen organizado. La cultura también tiene un papel importante para fomentar un comportamiento amable con el entorno. La contribución cultural al comportamiento podría variar según los desafíos que surjan en el proceso de desarrollo económico.

     (4) La cultura y la participación política.

La participación en los intercambios civiles y en las actividades políticas está influida por las condiciones culturales. La tradición del debate público y del intercambio participativo puede ser decisiva en el proceso político, y puede importar para el establecimiento, la preservación y la práctica de la democracia. La cultura de la participación puede ser una virtud cívica toral, como lo expuso ampliamente Condorcet, entre otros pensadores sobresalientes de la Ilustración europea.

Aristóteles señaló, por cierto, que los seres humanos suelen tener una inclinación natural hacia el intercambio civil. Y, sin embargo, el alcance de la participación política puede variar de una sociedad a otra. De manera particular, las inclinaciones políticas pueden ser suprimidas no sólo por gobiernos y restricciones autoritarios, sino también por la «cultura del miedo» que genera la represión política. También puede existir una «cultura de la indiferencia», que abreve del escepticismo y conduzca a la apatía. La participación política es extremadamente importante para el desarrollo, lo mismo a través de sus efectos en la valoración de los medios y los fines, que a través de su papel en la formación y la consolidación de los valores que permiten ponderar el desarrollo mismo.

     (5) Solidaridad social y asociación.

Aparte de los intercambios económicos y la participación política, el propio funcionamiento de la solidaridad social y el apoyo mutuo puede estar fuertemente influido por la cultura.

Esto puede influir de manera profunda en el funcionamiento de la sociedad y hasta en la preocupación por sus miembros menos afortunados, así como en la preservación y el cuidado de los bienes comunes.

     (6) Parajes culturales y rememoración de la herencia histórica.

El fomento de una comprensión más clara y más amplia sobre el pasado de un país o de una comunidad a través de la exploración sistemática de su historia cultural constituye otra posibilidad constructiva. La historia a menudo abarca una variedad mucho más amplia de influencias culturales y de tradiciones de la que tienden a permitir las interpretaciones intensamente políticas —y frecuentemente ahistóricas— del presente.

     (7) Influencias culturales en la formación y evolución de los valores.

Esto, a su vez, puede influir en la identificación de nuestros fines y el reconocimiento de instrumentos practicables y aceptables para alcanzar dichos fines. Por ejemplo, el debate público abierto —él mismo un logro cultural importante— puede influir poderosamente en el surgimiento de nuevas normas y prioridades por considerar.
En realidad, la formación de valores es un proceso interactivo, y la cultura de hablar y escuchar puede tener un papel significativo en el momento de hacer posible la interacción. Conforme surgen nuevos patrones de conducta, es el debate público, así como la emulación inmediata, lo que puede diseminar las nuevas normas a través de una región y, en última instancia, entre las regiones.

Culture and Public Action / The International Bank for Reconstruction and Development, Stanford University Press, 2004