Comprender lo que uno lee a veces no es sólo cuestión de nuestra técnica.

Conocer el significado de algunas palabras que pueden añadir dificultad a la tarea es vital. Por eso es importante saber que una gran parte de nuestro vocabulario lo adquirimos durante nuestra niñez, escuchando a otras personas, conversando y sobre todo preguntando.

Pero… ¿sabías que la adquisición de una buena cantidad de palabras TAMBIÉN se debe a la lectura?

Especialmente durante edades tempranas donde los niños pueden llegar a aprender e incorporar a su vocabulario hasta 15 palabras al día. Por eso es tan importante para ellos desarrollar un buen hábito de lectura desde que son pequeños (descubre en este artículo “Cómo enamorar a tus hijos de la lectura”).

¿Cuál es tu nivel de lectura?

Quizá no tengas demasiado tiempo libre para dedicarle o sencillamente no sepas por dónde empezar. La idea de sentarte con un diccionario no resulta nada atractiva, ¿verdad? Pero no te preocupes, hay algunas técnicas fáciles que no te van a requerir nada de esfuerzo y que puedes incorporar a tu hábito de lectura.

¡Descubre conmigo 5 formas de aumentar tu vocabulario sencillamente leyendo!

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1. Averigua palabras por el contexto

El contexto es algo muy importante siempre que encontramos palabras desconocidas.

Si prestas atención, muchas veces puedes hacerte una buena idea sobre lo que significan sin necesidad de mirarlo en un diccionario. Ejercita tu mente basándote sólo en las palabras y/o frases que rodean a ese término desconocido. Siempre puedes anotar tu suposición a parte y contrastar el significado más tarde para no interrumpir tu lectura.

De este modo vas a afrontar un mayor reto y te será más fácil recordar la palabra.

Nota: Como complemento a esta técnica, es bueno que tomes nota del término creando tu propio diccionario y tratar de usar la nueva palabra en diferentes contextos. Así no sólo estás trabajando tu vocabulario sino que ¡ayudas a que forme parte de tu léxico habitual!

 

2. Descubre otros géneros

Todos tenemos un género favorito que nos despierta más interés (fantástico, policíaco, novela histórica…). Sin embargo, hay que reconocer que en la variedad está el gusto, y del mismo modo que leer cantidad te ayuda a encontrar nuevas palabras, la variedad es algo muy importante.

Aventurarte con géneros poco habituales es una fuente segura de vocabulario nuevo. Esta es una buena oportunidad para empezar con ese título que tanto te llamó la atención, o aquel libro que te regalaron por tu cumpleaños.

Piensa que el género de ficción utiliza palabras que no encontrarás en la novela policíaca y viceversa, y lo mismo con novelas románticas, históricas, juveniles, etc.

¡Quizá descubras un género que te guste y que jamás te habías planteado!

 

3. Literatura clásica

Cervantes, Hemingway, Ortega y Gasset… Todos esos nombres que siempre has escuchado pero con los que nunca te has atrevido a explorar.

Este género se merecen un apartado a parte por la dificultad que puede presentar. Títulos tan famosos como Drácula, Orgullo y Prejuicio, etc., son tan válidos como los anteriores para encontrar variedad, pero al pertenecer a épocas anteriores suman dificultad a la tarea.

Sobre todo si manejas ediciones sin adaptar, te vas a encontrar con términos complejos que probablemente están en desuso pero que enriquecerán enormemente tu vocabulario y tu mente.

Aquí tienes la opción de leer sobre filosofía, religión u otros temas sobre los que grandes autores como Platón o Emerson han estado escribiendo desde hace siglos. Te prometo que esto es un gran reto y una apuesta segura.

 

4. Periódicos, blogs y otros

A día de hoy tenemos acceso a muchos tipos de publicaciones más allá del género literario. Los periódicos y revistas, así como artículos de blogs, ensayos y publicaciones online, son otro tipo de lectura al alcance de tu mano que te ofrecen oportunidades únicas de aprender sobre diferentes temas y actualidad, además de ofrecerte un vocabulario bien diferente.

El lenguaje es como un ser vivo y como tal, nuevas palabras se generan cada día (E.j.: tuitear).

No hay mejor forma de aprender ese nuevo vocabulario y estar al día que leyendo sobre todo lo que pasa a tu alrededor. Para este punto estaría bien que te apoyaras en el uso de las nuevas tecnologías, incluso en aplicaciones de lectura rápida.

 

5. Leer, leer y leer

Es algo obvio que mucha gente pasa por alto, pero el simple acto de leer es tu mejor baza.

Un hábito de lectura frecuente te permite estar expuesto a una mayor cantidad de palabras conocidas, pero también nuevas. Esto no sólo te permite adquirir nuevo vocabulario si no encontrarlo en diferentes contextos, lo que te permite comprender mejor y ser capaz de usar palabras nuevas y también conocidas con más variedad.

Por supuesto, todas estas técnicas se pueden complementar con diccionarios y ejercicios que te ayudarán a adquirir palabras cada día. De este modo tienes un mayor refuerzo si de verdad quieres ampliar tu registro. Pero no hay mejor forma de aprender a leer mejor que leyendo y, sobre todo, leyendo cantidad y variedad aventurándote con cosas nuevas.

 

Y hablando de leer y leer… ¿Sabes cuál es la mejor técnica para ser un lector ágil? 

¡Seguir leyendo! Pero siendo consciente de los errores que cometes al hacerlo ya que, si continuas leyendo como siempre lo has hecho, seguramente no seas todo lo efectivo que puedes ser.

 

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